La
Gloria venidera (Romanos 8:18)
Por:
Hno. Guillermo Palestina
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo
presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse.”
Al colocar sobre la balanza de su fe y conciencia el peso de las cargas y aflicciones que está sufriendo por causa de Cristo, y por otro lado la gloria venidera (la Shejináh[1]), él está completamente convencido de que la gloria de Dios que esta por venir y que se revelará en los hijos de Dios, será infinitamente superior.
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.”
(1 Juan 3:2)
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya.”
(Filipenses
3:20-21)
Así que dicha cosmovisión debe arraigarse profundamente en nuestro corazón. No solo debe animarnos, sino también guiar nuestras decisiones y regular nuestra vida cotidiana, de modo que, conducidos por el Espíritu del Señor, podamos aspirar con esperanza a la gloria del rostro del Padre, en su misericordia y gracia.
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.”
(2 Corintios 4:17)
“Y todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
(2 Corintios 3:18).