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Cuando fueres a la Casa de Dios, (Eclesiastés 5:1a)
Por Hno. Guillermo Palestina




Vivimos en una sociedad donde todo va de prisa. Hay tráfico, tareas pendientes, notificaciones que suenan a cada momento. Sin embargo, cuando se trata de Dios, ¿no merece Él lo mejor de nosotros? ¿Jesús reclama prioridad y honra?.

Existe algo muy sencillo pero poderoso, en cuanto a la manera con que nos acercamos a Dios: llegar temprano a la reunión congregacional. No como una regla impuesta, sino como una actitud del corazón que honra a nuestro Dios. Porque lo que hacemos antes de que comience el culto... también es adoración.

Me permito, reflexionar sobre algunos puntos sencillos pero relevantes que como Iglesia haríamos bien en considerar, en cuanto a nuestra actitud con respecto a la puntualidad al momento de asistir a las reuniones congregacionales de la Iglesia.

1. Preparamos nuestro corazón para encontrarnos con Dios

La adoración verdadera requiere una preparación interior.

El encuentro con Dios no es algo que deba tomarse a la ligera. 

Llegar antes a la reunión es una forma práctica de poner el corazón en sintonía con el Espíritu y cultivar una disposición reverente, atenta y abierta a la obra de Dios.

Algunos textos que pueden ayudarnos a reflexionar al respecto son los siguientes:

Salmo 46:10 “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”

Este verso, nos invita a detenernos, a prepararnos para reconocer la presencia divina.

Mateo 5:8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”

Es decir, la pureza de corazón se cultiva antes de entrar a la presencia del Creador.

Hebreos 10:22 “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”

Esto implica que hay una preparación interior necesaria para acercarse a Dios.

2. Honramos a Dios con nuestra actitud

La puntualidad en la adoración refleja reverencia, honra y reconocimiento de la soberanía de Dios.

No llegamos a "ver qué pasa", sino que llegamos a presentarnos ante el Rey. Dios es digno de nuestro respeto total, incluyendo nuestra atención y puntualidad cuando somos convocados para adorar.

Proverbios 3:9 “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;”

El verso nos muestra que lo primero (incluido el tiempo) le pertenece a Dios.

1º Samuel 2:30 “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.”

Lo que nos deja apreciar que, Dios valora el honor sincero.

Malaquías 1:8 “Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.”

Observamos que, el Señor reprende la actitud de dar lo que sobra o lo que refleja una actitud que no corresponde a la gloria de su poder.

3. Fomentamos la unidad y el buen ejemplo

 La iglesia es un cuerpo, y nuestra actitud tiene un impacto directo sobre los demás. Llegar temprano fomenta el espíritu de unidad, inspira a los nuevos, y modela madurez espiritual. El ejemplo edifica a la congregación.

1 Timoteo 4:12 “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.”

El pasaje nos deja ver que independientemente de la edad, nuestra conducta impacta a otros.

Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

nuestra actitud puede glorificar a Dios.

1 Pedro 3:8 “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;”

la unidad comienza con actitudes concretas, como estar presente y listo.

4. Apoyamos a quienes sirven en la congregación

El servicio cristiano es un trabajo en equipo. 

Llegar a tiempo muestra apoyo a quienes han preparado con amor y esfuerzo la reunión. 

Fortalece el espíritu de cooperación.

1 Tesalonicenses 5:11 “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”

Podemos observar como el respaldo mutuo fortalece y es parte del cuerpo de Cristo.

Efesios 5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios.”

La puntualidad igualmente muestra de respeto mutuo y sujeción en amor.

5. Aprovechamos cada parte de la adoración

Cada momento de la adoración es valioso. No hay "parte menos importante". 

Perderse los primeros minutos por llegar tarde es perder parte de la bendición y del propósito para ese día. Toda la reunión es un acto integral de adoración.

Salmo 100:4 “Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.”

Es de resaltar como el Salmista, destaca una actitud correcta, pues la entrada también forma parte del culto.

Efesios 5:15–16 “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”

Vemos que cada momento en la adoración cuenta y nada es de despreciar.

1 Corintios 14:33 “pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,”

1 Corintios 14:40 “pero hágase todo decentemente y con orden.”

el orden y el respeto del tiempo mutuo son parte del culto.

6. Creamos una disciplina espiritual saludable

La vida espiritual requiere práctica, constancia y dominio propio. Llegar temprano es un ejercicio de autodisciplina que fortalece el carácter del creyente. Las pequeñas disciplinas reflejan grandes prioridades.

1 Corintios 9:25 “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.”

Todo esfuerzo en lo pequeño, prepara para lo más grande, aquel que observa y cuida los detalles, seguramente que muestra piedad delante de Dios.

Lucas 16:10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.”

La puntualidad es fidelidad, en los aspectos cotidianos y refleja una madurez espiritual.

1 Timoteo 4:7–8 “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.”

La disciplina espiritual produce frutos eternos.

Conclusión

Llegar temprano a la convocatoria congregacional, no es simplemente un gesto educado o un acto de buena organización.

Es una declaración espiritual que dice: “Señor, Tú eres primero.” Es preparar el alma, alinear el corazón, honrar a Dios y mostrar cohesión con nuestros hermanos. 

La virtud de la puntualidad, es una disciplina que forma parte de una vida que desea agradar al Señor en todo.

En el Talmud Bavli, Shabat 127a, se relata: 

Rabí Yehoshúa dijo: Más grande es el que se apresura al lugar de estudio que el que sólo asiste. Pues el que llega antes prepara no solo su alma, sino también el camino para otros. El Eterno lo mira con agrado, como se mira al que prepara la mesa para el Rey antes de su llegada.

Así también nosotros, preparemos el lugar para nuestro Rey. No lleguemos apenas con lo justo, sino con abundancia de disposición. Porque la adoración comienza antes de que empiece el culto.

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